Acabemos la carrera
En las Olimpíadas de Río, en 2016, dos atletas en la carrera de 5.000 metros captaron la atención del mundo. Durante el trayecto, Nikki Hamblin y Abbey D’Agostino se chocaron y cayeron. Abbey se levantó de inmediato, pero se detuvo para ayudar a Nikki, y las dos siguieron corriendo. Poco después, por la caída, Abbey comenzó a flaquear, lesionada en una pierna. Entonces, Nikki se detuvo para alentar a su amiga para que terminara la carrera. Cuando Abbey llegó a la meta rengueando, Nikki la esperaba para abrazarla. ¡Qué cuadro hermoso de estímulo mutuo!
La mejor parte
«¡Su porción es más grande!».
Observa al director
El mundialmente renombrado violinista Joshua Bell tiene una manera particular de dirigir su orquesta de cámara de 44 integrantes, la Academy of St. Martin in the Fields. En lugar de usar una batuta, dirige mientras toca su Stradivarius con los otros violinistas. En una entrevista, Bell explicó: «Aun tocando, puedo darles todo tipo de indicaciones y señas que sé que solo ellos entienden en ese momento: pequeños movimientos con mi violín, levantar una ceja o la forma de mover el arco. Ellos saben el sonido que espero de parte de toda la orquesta».
Quitar las barreras
Veía a Maria todos los martes cuando visitaba «la Casa», un hogar que ayuda a exprisioneras a reintegrarse en la sociedad. Mi vida parecía diferente a la de ella: recién salida de la cárcel, luchando contra las adicciones, separada de su hijo. Se podría decir que vivía al margen de la sociedad.
Controla el enojo
Mientras comía con una amiga, me contó que estaba harta de un miembro en particular de su familia, pero que no quería decirle nada sobre su detestable costumbre de ignorarla o burlarse de ella. Cuando trató de hablar con él sobre el problema, él le respondió con expresiones sarcásticas. Y ella, enojada, explotó. Ninguno estuvo dispuesto a ceder, y la brecha en la familia se profundizó.
¿Cómo se llama tu padre?
Cuando compré un teléfono celular en Medio Oriente, me hicieron las preguntas habituales: nombre, nacionalidad, dirección. Pero después, el empleado dijo: «¿Cómo se llama su padre?». Su pregunta me sorprendió, ya que no entendía por qué era importante. En mi cultura, ese dato es irrelevante, pero allí, era necesario para constatar mi identidad. En algunas culturas, la ascendencia es importante.
¡Tenemos un rey!
Después de atacar a mi esposo con palabras hirientes cuando algo no salió como yo quería, desdeñé la autoridad del Espíritu Santo al recordarme versículos bíblicos que revelaban mi actitud pecaminosa. ¿Valía la pena dañar mi matrimonio o desobedecer a Dios con tal de satisfacer mi orgullo testarudo? Para nada. Pero, para cuando pedí perdón al Señor y a mi esposo, ya se había generado una secuela de heridas; el resultado de ignorar consejos sabios y de vivir como se me antojaba.
Quédate un tiempo
Durante un debate sobre la trilogía fílmica El Señor de los anillos, un joven dijo que prefiere las historias en libros más que en películas. Explicó: «Con un libro, puedo quedarme allí todo el tiempo que quiera». Hay una enseñanza respecto al poder de permanencia de un libro —en especial, la Biblia— y «vivir» sus historias.
Dar el primer paso
Tham Dashu sentía que le faltaba algo en la vida. Entonces, empezó a ir a la iglesia; la misma a la que asistía su hija. Pero nunca iban juntos. Tiempo atrás, él la había ofendido, lo cual generó una brecha entre ambos. Por eso, Tham entraba cuando comenzaban los cantos y se iba de inmediato al final de la reunión.
Jesucristo entiende
Un capellán de los departamentos de policía y bomberos de su comunidad asistió a cursos de capacitación en la academia de policía para entender mejor las situaciones que enfrentaban los oficiales al aplicar la ley. El tiempo con los cadetes y el aprendizaje sobre los enormes desafíos de la profesión le generaron un nuevo sentimiento de humildad y empatía. En el futuro, espera aconsejar mejor a aquellos que luchan contra el estrés emocional, la fatiga y las pérdidas.